En vísperas de Navidad, invitó a sus amigos a casa.
Él sabía cocinar lo básico, pero no tenía ninguna “receta especial” y nos pidió varios tuppers de carrilleras.
10 minutos antes de que llegaran sus invitados, puso la carne en una olla, la crema de patatas en una fuente, escondió los tuppers, y cuando tocaron a la puerta, con toda su cara, les dijo:
“Chicos, a la mesa que esto está casi listo”
Y según me dijo, nadie sospechó.
Estas carrilleras son la carne más tierna que tenemos porque sus pequeñas vetas de grasa hacen que se te deshaga en la boca, y por eso casi siempre son el tupper más vendido en una selección de más de 100.
Y por supuesto que nada es para todos, pero lo que es seguro es que este tupper convierte un lunes cualquiera en una ocasión especial.